Se suma las difíciles condiciones del terreno y dificulta su pronta sofocación la imposibilidad de detectar de forma temprana los focos de incendios, porque su propagación es subterránea, el desplazamiento de los equipos técnicos necesarios es bastante difícil, así como el número de personas a movilizar, la cantidad de agua y sustancias extintoras que demanda, agregó.
Significó que los bosques en el territorio pinero cubren más del 63 % de la superficie terrestre, las especies botánicas que en ellos crecen no ocasionan fuego de manera natural, por tanto, es la actividad antrópica la principal causa de que se quemen esas áreas.
No se puede omitir a quienes, violando las disposiciones establecidas, dan candela a restos de cosecha, a colmenas para castrar la miel, encienden fogatas y circulan con vehículos sin matachispas, concluyó González Carter.
El Cuerpo de Guardabosques en Isla de la Juventud cuenta con dos circuitos: el Norte y el Sur, para la protección de la floresta, mantener el equilibrio natural y preservar el buen estado de sus componentes.
Los incendios forestales no solo dañan la vegetación, que tardará años en recuperarse, sino que afectan al ecosistema, la calidad del suelo y a la variopinta fauna que habita los bosques, el humo de la combustión contamina el ambiente y ponen en peligro a quienes habitan en esas zonas rurales.