Si bien la producción de alimentos es uno de los principales problemas que enfrenta Cuba, dependiente en gran medida de las importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias, en Isla de la Juventud el autoabastecimiento territorial es un tema que no admite espera.
En comparecencia radial y televisiva, Osbel Lorenzo Rodríguez –primer secretario del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba– reafirmó que en el territorio existen todas las potencialidades para desarrollar diversos programas agropecuarios a fin de alcanzar la soberanía y la seguridad alimentaria en varios productos básicos.
El dirigente político, en rápido repaso a los planes que tributan a los propósitos de ganar autonomía en la producción de alimentos, aludió a los avances y reservas para asegurar en breve lapso a los más de 83 mil habitantes una dieta balanceada en granos, proteína animal, viandas y frutas.
Explicó a la población que se diseñó un programa para impulsar el cultivo del arroz en los polos productivos Julio Antonio Mella y Sabana Grande, donde existen condiciones favorables para el fomento del cereal. Sin embargo, los atrasos en la inversión del trasvase de agua desde una presa y el impacto de la intensa sequía obstaculizaron la meta de plantar 800 hectáreas (ha).
A partir de la siembra de 500 ha, cifra inicial en el plan de la economía e insuficiente de cara al autoabastecimiento, se conoció que el volumen de cosecha estimado solo cubre un tercio del año de la demanda de la canasta básica normada, por tanto, habría que importar el alimento para los ocho meses restantes, explicó.
Expuso que ese resultado permitió deducir que el municipio especial debe sembrar dos mil ha o incrementar rendimientos para satisfacer la distribución normada del alimento y la venta liberada en los mercados agropecuarios del territorio.
Otro alimento básico en la dieta cubana es el frijol y experiencias anteriores confirman la posibilidad de que la segunda ínsula cubana vuelva a autoabastecerse del grano. La propuesta es sembrar mil 400 ha y hasta el momento están contratadas más de 800 ha con aseguramiento de semillas, mientras se trabaja en la preparación del suelo, refirió.
Agregó que en la actual campaña de frío se privilegia el cultivo de boniato, yuca y papa, en el caso del último tubérculo, se sembrará 100 ha, 60 más que el año anterior y la producción de plátano concentrada antes en un campesino ahora se extiende a otros dos. Al tiempo que se recuperan las máquinas de riego.
La mayor preocupación en el programa alimentario es la proteína animal. Se traza una estrategia para recuperar la producción porcina de raza, hoy seriamente afectada, en tanto, se fomenta la del cerdo criollo de capa oscura. Asimismo se prevén otras alternativas entre las que figuran el desarrollo de la ganadería cunícola, ovino-caprina y bufalina, comentó.
Acotó que en estos momentos se trabaja en el programa frutícola y el actual año concluirá con más de siete millones 500 mil alevines sembrados en 12 presas, igual número de micropresas y en nueve embalses de campesinos.