La creación de los órganos del Poder Popular, un 31 de octubre de 1976, me hace pensar en una mujer incansable que, a pesar de sus años y su lento caminar por el paso del tiempo, no renuncia a desandar la barriada detrás de inquietudes y planteamientos de los pobladores.
Pensé no encontrarla en la sede de la Asamblea Municipal, me habían informado que andaba de reposo, pero sí, ahí estaba Estela Cowans MacPherson, con su rostro casi ajado debido a la fiebre de días anteriores; ello habla de su compromiso y entrega con las labores del Gobierno, esas que le apasionan por su estrecho vínculo con la gente.
Bastó comentarle el objetivo de mi presencia y a ráfagas comenzó a hurgar en su historia de 24 años como delegada de la circunscripción 18, perteneciente al consejo popular Abel Santamaría.
“Comencé a finales del período de mandato IX, cuando eran de dos años y medio, debido a la promoción de la delegada que estaba.
Desde 1998 ando inmersa en las labores del Gobierno”, aunque con anterioridad siempre estuvo vinculada de una forma u otra por ser miembro de la Comisión Municipal de Candidatura que existía en aquel entonces.
“Desde entonces he sido delegada hasta este mandato XVIII, también durante 15 años estuve como presidenta del consejo popular y del 2015 hasta la fecha me desempeño como funcionaria del Departamento de Control Funcional del Poder Popular atendiendo la actividad que tiene que ver con la planificación, los planteamientos, entre otras.
“Las capacitaciones recibidas a diferentes instancias me han servido para enfrentar en mejores condiciones el bregar y crecerme como ser humano; pues esta es una labor muy sensible por estar ligada a los problemas de los electores.
“Los delegados o cada uno de quienes tenemos responsabilidades ante el pueblo debemos interiorizar que somos servidores públicos, lo cual requiere gran cuota de sacrificio porque hay que ponerse en lugar de las personas con determinadas situaciones e ir en busca de posibles soluciones o respuestas.
“A veces no es la que necesitan ni la que desean escuchar, mas nuestro deber es explicar y explicar con mucha paciencia y sensibilidad.
“Tenemos que detenernos a escuchar a la gente, ir al lugar donde está el problema o la queja, sin crear falsas expectativas y, a la vez, hablar con transparencia: ‘Hoy no puede ser, tu problema se va a resolver dentro de unos días, meses o quizá no tendrá respuesta por el momento’.
“El delegado necesita tener mucha comunicación con el pueblo y ello se logra desandando el consejo, tocando y mirando las cosas en la propia base para después poder accionar y adoptar las decisiones más efectivas.
“¡Cómo no!, hemos tenido que atender muchas preocupaciones, desde que comencé presentamos muchas dificultades en la circunscripción con los edificios multifamiliares, los cuales ya tienen varios años de haberse construido y requieren rehabilitación, conservación e impermeabilización de las cubiertas; aunque varios han sido reparados todavía continúa siendo una de las principales quejas.
“Otra de las situaciones que como delegada he tenido que enfrentar son las afectaciones provocadas debido al paso de los huracanes, máxime si tenemos en cuenta que la Isla es un corredor de estos eventos meteorológicos; hemos contribuido a la solución de varios casos, los más complicados, pero quedan pendientes a los que les damos tratamiento.
“Resulta importante la participación de los pobladores, al igual que de los organismos involucrados, quienes deben tomar parte, darle la debida mirada a los planteamientos y no estar peloteando, que lamentablemente sucede y al final no se le brinda la adecuada solución a la problemática del elector.
“Entre las experiencias adquiridas está la relacionada con el trabajo comunitario integrado; antes se vinculaba con las manualidades, sin embargo va mucho más allá, es involucrar a las personas en la solución de los problemas que les afectan y buscar las mejores alternativas.
“En ello ha desempeñado un rol importante el actuar mancomunado entre los distintos factores, o sea, trabajadores sociales, delegados, representantes de las organizaciones de masa y otros agentes del barrio.
“El único salario que recibimos los delegados de circunscripciones es el regocijo de cuando ayudamos a algún elector a resolver aquello que le afecta; realizamos nuestro quehacer luego de cumplir con nuestras responsabilidades como trabajador, o sea, en las noches, sábado o domingo.
“Uf, sí, ya tengo edad de jubilación, en breve celebraré mis 70 años, pero no hay quién me haga quedarme en casa, mientras mis neuronas se mantengan activas y tenga lucidez no pienso retirarme, el Poder Popular y mis electores pueden seguir contando conmigo”.