Que consumidores pineros todavía se pregunten por los huevos de la última quincena de octubre, pues todavía varios establecimientos comerciales no lo han recibido como tampoco los correspondientes a la primera entrega del mes en curso habla de cuán deprimida anda la producción en la Isla de la Juventud.
De ahí que cada vez sean menos las ventas en los Mercados Agropecuarios Estatales y las ferias organizadas en los principales poblados del territorio. Por si fuera poco un cartón del alimento muy consumido a nivel mundial se comercializa en el mercado negro, cuando aparece, a 1 800 o 2 000 pesos, muy cercano al http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/12/10/en-pdf-nuevos-salarios-pensiones-y-prestaciones-de-la-asistencia-social/">salario mínimo mensual del país.
Los bajos rendimientos en la actividad se unen a la escasez de fuentes de proteínas, la acelerada inflación, la devaluación de la moneda nacional y el incremento constante de los precios para complejizar el acto, ahora casi titánico, de balancear el menú todos los días en la mesa.
Aunque la asignación concebida para cada consumidor por la libreta de abastecimiento ha variado en las diferentes provincias con el paso del tiempo, hasta llegar a cinco posturas, en este Municipio, gracias al desarrollo en etapas precedentes del programa avícola, se han preservado no solo las 12 unidades sino los aportes a la nación; sin embargo, la Andrés Cuevas, la principal granja de la localidad, no muestra un alentador panorama.
Resulta importante plantear que todo el programa avícola es prácticamente financiado por el Estado. El mayor por ciento de la producción se destina a la canasta familiar normada y al consumo social; una mínima parte va para el turismo.
¿Qué ocurre con la producción de huevos?, fue la interrogante que motivó la entrevista con Dubel Buchillón Alfonso, especialista principal en salud y producción animal de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Avícola, quien manifestó que el territorio no escapa de la situación económica que enfrenta la nación, con marcado énfasis para la adquisición de las materias primas, en su mayoría importadas.
“Hemos tenido una afectación crítica con el alimento que repercute desde los pie de cría, la genética hasta las bases productivas, lo cual trae consigo que el huevo que va a planta no ha sido el suficiente y de ahí salen las futuras gallinas que se encargan de la producción.
“En lo que va de año hemos tenido serios problemas con el remplazo, de tres planificados no se ha efectuado ninguno, estamos tratando de lograr al memos uno en noviembre y para ello debemos traer de otras regiones las pollitas para formarla como nueva ponedora, lo cual lleva su tiempo.
“Digo lo anterior porque ese pollito a los 180 días, o sea, seis meses aproximadamente es cuando se convierte en gallina, entonces está apto para entrar en la producción y pude comenzar a dar huevos; quiere decir que hasta marzo o abril del año venidero no tendremos ponedoras nuevas”.
Buchillón explicó que tal irregularidad ha provocado el desfase del movimiento de rebaño, por lo cual en estos momentos trabajan con gallinas con una edad promedio de 13 meses cuando debían disponer ejemplares con seis o siete meses en busca de los adecuados rendimientos.
“Trabajamos con una masa envejecida. Estas gallinas “viejas” no obtienen el rendimiento esperado: consumen la misma cantidad de alimento y ponen menos huevos. De un plan de 66 300 ponedoras contamos con unas 60 900, lo cual significa que las producciones se logran con 5 400 animales menos.
“Hasta octubre teníamos un plan general de producción ascendente a los 14 millones de huevos, cumpliéndose al 85,2 por ciento; esto significa un déficit de 2 millones de posturas. Por citar un ejemplo, solo en el mes anterior tuvimos más de 285 000 huevos menos.
“Por eso en los últimos dos meses la afectación se ha agudizado todavía más, de hecho nos ha imposibilitado cumplir con la distribución mensual por las razones antes mencionada, además de los piensos que no siempre tienen la calidad requerida.
“Con mucho sacrificio los avicultores hemos tratado de buscar soluciones y alternativas, pero realmente el país hoy presenta un entorno difícil que repercute en los compromisos con la canasta familiar normada, nuestro objeto social”.
La avicultura es una actividad compleja, todo debe estar bien engranado porque cualquier dificultad conlleva a los bajos rendimientos. De igual manera la gallina es un animal muy sensible, se estresa con gran facilidad y cuando eso ocurre no se alcanzan los resultados productivos esperados. Y así anda el estado actual de la masa avícola, decae y cada vez es menos el cacarear de los animales y el vital alimento: los huevos.