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El patrimonio oculto en la Siguanea

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Dice la voz popular que residentes de la Siguanea muchas veces se han espantado por la presencia de luces fluorescentes o el quejido lúgubre de quienes quizás fueron ultimados por arcabuces o desangrados a causa del ataque de los cocodrilos Rhombifer.

La Siguanea, localizada en el suroeste de la Isla de la Juventud, a 42 kilómetros de Nueva Gerona, oculta el más preciado patrimonio de los piratas, que operaban en esta parte del Caribe antillano, hasta inicios del siglo XIX.
Ellos desde su condición espectral cuidan con celo sus bien preciados trofeos, algunos hoy en las aguas profundas de la ensenada o bajo las raíces de la enmarañada vegetación del lugar, donde no pocos murieron luego del enterramiento de los botines.
Dicen los residentes de la zona que muchas veces se han espantado por la presencia de luces fluorescentes o el quejido lúgubre de quienes quizás fueron ultimados por arcabuces o desangrados a causa del ataque de los cocodrilos rhombifer.
También es fácil inferir la posible existencia de buques sumergidos, hoy cubiertos de corales, en especial desde la Punta de Los Indios hasta la de Cabo Francés, a más de 300 años de los enfrentamientos entre los bandidos del mar y las flotas inglesas, francesas o españolas.
Además cuenta la historia oral que en los años ’40 de la pasada centuria naves con bandera de Estados Unidos extrajeron del fondo de la bahía  parte del patrimonio oculto en las embarcaciones hundidas, durante los ya referidos combates.
Testimonios publicados en la revista Isla de Pinos de 1930, llaman la atención sobre el hallazgo de un tesoro, cuyo valor ascendía a unos 20 millones de pesos en la zona de la Siguanea, del cual se apoderó Mister Calvers, norteamericano, capataz de la mina Lola, del citado lugar.
No obstante algunos aseguran no poder llegar hasta ese patrimonio oculto en la Siguanea porque lo custodian con celo los espíritus del irlandés O’Donnell y  de los franceses Jean Latrobe, Jean Laffite y Francis Lecler, el tercer Pata de Palo conocido por estos mares.

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