La cantautora cubana, Annalie López alias Azucena, dejó su impronta en la escena musical de Isla de la Juventud. Su voz autentica y bien timbrada la han catapultado al éxito nacional, y la reciente visita a este territorio devenida en hecho memorable, así lo corrobora.
Me sorprendió gratamente la acogida que dio el público pinero durante mi concierto en la sede de la Asociación Hermanos Saíz, donde hice un recorrido por diferentes géneros nacionales y caribeños, y entre los temas seleccionados para la ocasión figuró “El guararey de Pastora”, popularizado por la orquesta Los Van Van, comenta a la Agencia Cubana de Noticias.
Precisa que nutre su quehacer con ritmos tradicionales y autóctonos como el Changüí, el Nengón, el Kiribá, el Aeroplano, la Cañandonga y la Puntillita. Cada acorde y cada verso son un tributo a su natal Guantánamo, a los que no puede sustraerse porque estaría traicionando su esencia.
Aunque se licenció en Enfermería, la música habló más alto, refiere, quien inició su carrera como trovadora en 2015 y descolló con los máximos galardones del Festival Cubano de Música Alternativa en el apartado de Canción Contemporánea con los temas Azucena (2019) y Victoria (2022).
Precisamente, Azucena se ha convertido en el nombre artístico de esta joven quien tiene en la pintura un complemento espiritual. “El artista nunca hace una sola cosa, he incursionado también en el teatro, la cerámica y el grabado, cuenta animada.
Su sensibilidad para el arte, la hicieron aproximarse a los textos en lírica. “Busco la belleza y lo místico en las palabras. Aunque la realidad me gusta, a veces aprovecho para salir de mi zona de confort. Así fue como descubrí el poema Hermandad, musicalizado por el también trovador Josué Oliva y que se ha convertido en uno de mis favoritos”, dice.
Enfatiza que otro poema cautivante para ella es “Guantánamo”, de Regino Eladio Boti. Versos que interpreta con cuidadosa dicción bajo la supervisión Regino Gaudencio Rodríguez Boti, nieto del poeta, además su participación en el festival de poesía de La Habana, organizado por el Alex Pauside, marca un hito en su joven carrera.
“Cuando me quiero relajar totalmente, pinto. Me encanta”, confiesa Annalie. Desde niña, aprendió los primeros trazos de la mano de su primo Arquímedes Villalón, a quien cariñosamente llama “tío”. Aunque no divulga mucho su faceta como pintora, ha comenzado a compartir sus creaciones en redes sociales como Instagram y Facebook.
“Me siento bien haciéndolo”, afirma, mientras queda claro a esta reportera que la armonía entre música y pintura —para esta morena de descomunal cabellera— es testimonio de su creatividad y amor por el arte en todas sus formas.
¡Ey periodista! Cuando gusten estoy de vuelta, dice mientras levanta la mano en ademán de despedida.